La resilensia es una característica de los metales para ser flexibles y recobrar su estructura original. Las personas también tenemos esta capacidad.
Rosalinda Ballesteros del Instituto de Ciencias de la felicidad del Tecmilenio, comparte que la resilencia se integra de 4 dominios que debemos fomentar:
- Dominio Físico. La persona en situaciones de tensión, requiere ejercitarse, en principio en oxigenar el cuerpo con la respiración. Tener algún ritual para dormir, preferentemente, dejar 1 hora antes el uso de los equipos electrónicos, sobre todo, los que tengan alguna pantalla. Hacer ejercicio físico ayuda mucho a descansar y sacar toda la tensión.
- Dominio Mental. Aceptar lo que no puedes cambiar, lo que sí puedes cambiar, tomar acciones para hacerlo paso a paso. Aplicar herramientas de mindfulness te ayudará.
- Dominio Emocional. Las emociones las podemos adaptar hacia emociones que se consideran positivas integradas en «La casita de la resilencia», diseñada por el sociólogo Stefan Vanistendael.
- Dominio Social. Se favorece replanteando la situación en un privilegio, permitiendo que las cosas no tomen el control y plantear las experiencias como una oportunidad de ayuda hacia los demás, siendo parte de “redes de ayuda”. Practicar la compasión hacia los demás tiene gran trascendencia también en nuestro ámbito laboral, en el cual, podemos ejercitar la observación, interpretación, el sentir y actuar de manera positiva y en un actitud de colaboración.
En Tu Espacio Cowork favorecemos las herramientas para integrar a tus equipos de trabajo en un espacio de confianza, liderazgo y colaboración.
Si requieres entrenamiento para practicar tu resilencia, puedes ser asistido por un Coach.
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